Los injertos y su importancia en la mejora de la propagación algunas variedades.

El injerto está formado tanto por el patrón como por la variedad, por lo tanto, injertar consiste simplemente en unir o insertar una parte de una planta en otra, permitiendo con ello que queden unidas y se desarrollen formando una sola planta. Cabe mencionar que esta práctica del injerto se viene realizando desde la antigüedad, por lo que se han podido transmitir de generación en generación, diferentes variedades frutales de gran interés.

Es importante entender que la sola propagación de la semilla no produce la variedad deseada, al no generar fielmente sus características como consecuencia de la disgregación de sus rasgos genéticos. El injerto por su parte, ofrece una serie de beneficios que incluyen, por ejemplo:

  • Propagar una variedad o especie que de otra manera no se podría conseguir o al menos sería muy complicado lograr.
  • Beneficiarse de las características de determinados patrones que son capaces de vegetar en ciertas superficies donde el cultivo no tiene oportunidad de subsistir por cuenta propia.

Otra de las ventajas de los injertos frutales es que permiten cambiar una variedad por otra más comercial, algo que se conoce como reinjertación.

Permite cultivar variedades de árboles frutales que son sensibles a enfermedades de raíz o de cuello, utilizando patrones más resistentes.

El objetivo fundamental de los injertos en árboles frutales consiste en permitir la multiplicación de una variedad o de una mutación de la yema o la semilla, manteniendo sus características debido a que con los injertos no existe la disgregación de las mismas. El injerto se utiliza para propagar especies que no tienen la capacidad de producir semillas viables en determinadas condiciones ambientales. También se usan en especies que producen muy pocas semillas o en especies que no tienen una tolerancia parcial o total a la propagación por estacas.

En este taller se capacitó a los participantes, sobre la aplicación práctica de un injerto.